lunes, 2 de mayo de 2016

Borradores

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Niukh cerró el libro que había estado leyendo y siguió con la mirada a Deret, que salió fuera de la casa. El viejo se levantó y se acercó a la mesa donde Deret había estado garabateando algo. En la papelera había un par de folios arrugados. Con curiosidad, Niukh los recogió,  los aplanó y leyó su contenido. “Esta es la historia de una traición”. Deret había tachado con violencia la frase. En el otro folio volvía a comenzar. “Esta es mi historia”. De nuevo un tachón, ahora de forma más suave.

Niukh sonrió. Quizá no hubiese aprendido como abordar la historia que quería contar, pero el viejo sabía que, algún día, Deret lo conseguiría. 

lunes, 18 de abril de 2016

Despertar

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Despertó bañada en sudor. El pulso acelerado. La respiración agitada. No pensó ni por un instante en que podría haber sido un sueño, un reflejo de sus deseos más profundos. Sabía que había ocurrido de verdad. La Sombra había vuelto al mundo, aunque había vuelto a desaparecer. Después de tantos años, después de tanta espera, al fin había ocurrido.


Se levantó de la cama, sabiendo que ya no podría volver a dormir en toda la noche. Tenía mucho en lo que pensar. Mucho que planear. Había estado esperando aquel momento durante demasiado tiempo y, ahora, lo tenía al alcance de la mano. En algún lugar de los Mundos Cambiantes, Ella había regresado. La habían escondido bien de sus ojos y hubo una época en que incluso creyó sus palabras de desaliento pero ya no. Ahora sabía qué debía hacer. 

Ojos verdes

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Aike vio el campamento desde la lejanía. Desmontó del deslizador y se quedó mirándolo desde lo alto de la duna. Aún tenía dudas. Su cuerpo, desde hacía unos días el de un hombre fornido, temblaba. No había pasado unos meses fáciles. Había vuelto a Octa para hablar con los padres de Joss sobre la muerte de su hijo. Había pasado un tiempo con los cambiaformas en el Valle de la Sombra. Pero ahora, el próximo paso en su camino le parecía el más difícil.

Había tardado lo suficiente en localizar el campamento como para echarse atrás cuando estaba tan cerca. Entró y los miembros de la tribu le miraron sin reconocerle. Entonces le vio, agachado ayudando a alguien con la chatarra. Se dio la vuelta, le miró y le sonrió.

-Buenos días, ojos verdes- le dijo Welsh.

Cualquier duda que Aike hubiese tenido se disipó en ese instante.

lunes, 11 de abril de 2016

Paciencia

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Penler Omer sabía que los Prit eran una vergüenza para la Orden. Sien había huido y había aireado los secretos de la magia del caos por todo el desierto. Había conseguido dejar en ridículo a sus maestros y, además, había conseguido su libertad al final de todo. Oser, por otro lado, había obligado a la Orden a luchar en una batalla que no era la suya, provocando la muerte de muchos de los suyos y haciendo que la organización estuviese en el punto de mira de las tribus nómadas. Y, sin embargo, los maestros veían en él una promesa, el futuro de la Orden.

Penler Omer no podía tolerarlo pero era inteligente. Sabía que la mejor forma de jugar aquella carta era la paciencia. Esperaría y, cuando fuese necesario, actuaría para destruir a ambos. Estaba convencido de que no faltaría mucho para aquel día. 

lunes, 4 de abril de 2016

Llamas

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


Sien Prit miraba las llamas y recordaba. Pensaba en Oda, en Joss, en Aike. En lo que había ganado en los últimos meses y también en lo que había perdido. Y, sobre todo, en la promesa que tenía que cumplir. Miró al otro lado de la hoguera y vio que Doreba estaba también sumida en sus pensamientos. Apenas hablaban y Sien lo comprendía. Era demasiado duro pensar en el pasado, incluso cuando  este guiaba tus pasos presentes.

-Deberíamos dormir. Mañana llegaremos a Arten - dijo Dorena.

Sien asintió. Mediante su misión, mediante su promesa, Oda seguía vivo. Y Sien honraría su memoria costase lo que costase.

lunes, 28 de marzo de 2016

La cura

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela. 


-¡Debes dejar que seamos nosotros los que decidamos!- gritó Teke.

-Pero el cambio es lo que nos hace ser nosotros. Sin él, ¿qué somos?- contestó Kolle.

-Lo que queramos ser. ¡Tú mismo animaste a Aike a que encontrase su propio camino!

- No era parte de nuestra tribu entonces. Si permitimos que cualquier pueda tomar la cura y dejar de ser un cambiaformas, habrá quien se oponga. Además, creía que para ti las tradiciones y nuestro pasado eran lo más importante.

-¡Y yo creía que comprendías que el mundo está cambiando! Debes dejarnos decidir. No puedes negárnoslo.

Kolle meditó un segundo y luego miró a Aike, que observaba la situación sin abrir la boca.

-Y tú, ¿qué opinas? 

lunes, 21 de marzo de 2016

Recuerdos

Estos pequeños relatos suceden en algún punto entra “Los Mundos Cambiantes” y “Comesueños”. Por lo tanto, pueden contener spoilers de la primera novela.


Katee dejó la caja con las provisiones en la tienda y se estiró. Luego salió y dejó que Terry que ordenase lo que ella había traído. Los Kabathe estaban, últimamente, muy ocupados y no había un minuto de descanso posible. No muy lejos de allí encontró a Maura, pensativa. Hacía semanas que la veía mucho así, con la vista perdida y la cabeza en otra parte. 

-¿Ocurre algo?

-No. Solo estaba… recordando- dijo Maura.

Katee pensó en preguntarle más pero sabía que a su mujer no le gustaba compartir aspectos de su pasado. Lo comprendía, ella misma tenía cosas que prefería olvidar. Así que continuó con sus tareas esperando que, algún día, Maura se abriese a ella y a Chad y les contase qué es lo que guardaba para sí misma.